De más está decir que actualmente el estrés está de moda. Solo escuchas a las personas decirlo una y otra vez. Vamos, que no podemos negar que sí, que estamos estresados. Para muchos solamente el sistema de vida que llevamos nos provoca estrés. Intentar eliminarlo es inútil. Estamos guiados por el simple hecho de solucionar los problemas y actuamos en consecuencia. De ahí la importancia de aplicar técnicas para reducir el estrés.
Queremos conservar nuestra salud mental, pero cuando cerramos un ciclo con una dificultad, otra aparece de la nada. El famoso dicho: “Siempre es algo” no es por gusto, es 100% verdadero. Así que el estrés va a estar siempre ahí, esperando el momento justo para aparecer. Lo mejor que podemos hacer es aprender a vivir con él y tratar de reducirlo, ¿verdad?
¿Que es el estrés?

Según la Organización Mundial de la Salud, es un estado de preocupación o tensión mental generado por una situación difícil. Se trata de una respuesta natural a las amenazas y a otros estímulos. Puede hacernos sentir frustrados, furiosos o nerviosos al vernos incapaces de hacerle frente a una situación específica. Pequeñas dosis pueden resultar positivas para nuestra salud (eustrés) porque nos motivan a ser mejores o a evitar el peligro. Cuando es en exceso, puede llegar a dañar nuestra salud física y emocional.
Causas del estrés
Las causas del estrés son llamadas factores estresantes y pueden ser diversas dependiendo de cada persona. Desde eventos tristes, alegres y cotidianos hasta cambios importantes en la vida. Incluso los pequeños detalles se pueden ir acumulando y provocar un daño incluso mayor si se mantiene un estado de estrés prolongado. Entre algunas causas podemos encontrar:
- Problemas de dinero
- Problemas en el centro de trabajo
- Problemas en la casa
- Tener una enfermedad
- Tener un bebé
- La muerte de un familiar
- Casarse o divorciarse
- Sobrecarga de trabajo
- Inseguridad en el vecindario
- Pensamientos negativos sobre sí mismo

Puede llegar a ser agobiante la forma en que se acumulan todos los problemas y la impotencia que sentimos cuando no podemos solucionarlos. Un día normal donde ya estamos estresados, perder las llaves o llegar tarde al trabajo pueden ser determinantes para tener una crisis de ansiedad provocada por el mismo estrés.
Tipos de estrés
El estrés puede subdividirse en agudo o crónico dependiendo de la duración del mismo.
El estrés agudo es la forma de estrés más común y no tiene tiempo suficiente para causar los daños asociados con el estrés a largo plazo. Aparece rápidamente y suele desaparecer luego que el problema se resuelve. Es una forma de estrés más manejable y es la respuesta inmediata a una situación estresante. Puede llegar a ser positivo y emocionante.
El estrés crónico es desgastante y duradero, causando serios problemas físicos y mentales. Es una forma prolongada de estrés que persiste durante semanas, meses o años. La persona se encuentra expuesta a factores estresantes constantes y no ve una clara solución a sus problemas, perdiendo incluso las esperanzas. Si llega a un punto muy grave, puede requerir tratamiento médico.
Consecuencias del estrés



Los dos tipos de estrés presentan diferentes consecuencias. Un estrés agudo puede resultar en irritabilidad, ansiedad y depresión, dolores de cabeza, de espalda y tensiones musculares que traen consigo desgarro muscular. También ocasionan problemas gastrointestinales como acidez, flatulencia, diarrea y estreñimiento. Aumenta además el ritmo cardiaco y la presión arterial y deriva en palpitaciones, mareos, dolor en el pecho y dificultad para respirar.
El estrés crónico puede:
- Suprimir el sistema inmunitario
- Causar fatiga constante y agotamiento emocional
- Causar trastornos digestivos y reproductivos
- Aumentar el riesgo de ataque cardíaco y derrame cerebral
- Acelerar el proceso de envejecimiento
- Causar problemas de sueño, dermatitis, ansiedad, depresión, cáncer, dificultades de memoria y concentración
Es increíble cómo puede ocasionar una infinidad de problemas que deterioran a las personas por completo, por lo que gestionar el estrés con técnicas como el ejercicio, la meditación y el apoyo social es clave para que no se vuelva crónico.
Técnicas para reducir el estrés

- Detecta sus causas: Saber exactamente los desencadenantes del estrés es de gran ayuda porque puede ayudarte a comprender si son patrones específicos de tu conducta y así se puede prevenir más eficientemente. Por ejemplo, con estos tiempos tan convulsos que estamos viviendo, puede que mirar las noticias te resulte muy estresante y, pues, evitar estar tanto tiempo realizándolo puede ayudarte a disminuir el estrés.
- Hacer ejercicios y comer saludable: Estos aumentan los niveles de endorfina y serotonina que te hacen sentir bien, relajarte y distraerte de tus preocupaciones.
- Dormir lo suficiente: además de disminuir los niveles de cortisol, que ayuda con el estrés y te da una sensación de calma. Le da al cerebro la oportunidad de reajustarse y adaptarse. (Si tienes problemas para dormir, aquí te dejo 10 tips para dormirte más rápido).

- Piensa positivamente: En ocasiones, lo que nos dirige al abismo de la desesperación son nuestros comentarios negativos y pensar que no valemos lo suficiente para salir de determinada situación. Pensar que si podemos puede llegar a hacer la diferencia.
- Practica la meditación, relajación, yoga, respiración profunda: Estos regulan el sistema nervioso simpático, que es el encargado de dar la respuesta de lucha o huida, lo que permite reducir los pensamientos confusos, despejar la sobrecarga de información que se tiene debido al estrés y proporcionar sensación de tranquilidad. Fisiológicamente, disminuye la frecuencia cardiaca y respiratoria, lo que contrarresta la respuesta de nuestro cuerpo cuando nos estresamos.
- Comunicación: Muchas veces no queremos demostrar cuán estresados estamos para no preocupar a las personas que tenemos a nuestro alrededor o simplemente porque nos avergonzamos de nosotros mismos, pero la familia y los amigos constituyen pilares fundamentales para ayudarnos a sobrellevar la situación de la mejor manera.
- Utilizar estímulos sensoriales: otro método que nos puede ser útil es emplear nuestros sentidos y ver qué técnica nos puede relajar, quizás mirar una película, escuchar música o acariciar a nuestra mascota. Encontrar qué alternativa funciona mejor depende de nosotros.

Ayuda profesional
Si ya han pasado 2 semanas con estrés crónico o presentas síntomas graves que imposibilitan tu vida cotidiana, busca ayuda profesional antes de que sea demasiado tarde y tu estado de salud mental y físico quede afectado permanentemente.
El estrés es una parte natural de la vida, pero nuestra actitud y nuestras herramientas de gestión determinan si nos debilita o nos fortalece. Es un mensajero que podemos interpretar como una señal de que algo no está bien en nuestra vida y necesita atención. Aprender a escuchar el estrés nos permite actuar antes de que se convierta en un problema mayor.
Referencias
Referencias
Los distintos tipos de estrés. American Psychological Association